A continuación puedes encontrar mis impresiones tras unos días usando Windows 11 y viniendo desde Windows 10.
Hace tan sólo unos días que Windows 11 es accesible para los usuarios con una licencia activa de Windows 10.
Aunque mi idea con respecto a actualizar era inicialmente la de esperar un poco a ver cómo le iba a otros usuarios, y que hubiese una o dos actualizaciones, finalmente me pudo la impaciencia.
Así que, poco después de su salida, me dirigí al centro de descargas de Microsoft y comencé el proceso de instalación de Windows 11 en mi equipo.
A continuación puedes ver mis primeras impresiones sobre el nuevo sistema operativo.
Instalación
El proceso de instalación no difiere demasiado de lo que sería una actualización de un parche grande. Tarda en completarse entre treinta minutos y una hora y consume pocos recursos.
Durante la instalación podremos además seguir usando el ordenador de forma normal. De hecho mientras se instalaba me dediqué a jugar al Far Cry 6 sin ningún tipo de problema.
Una vez finalizada la instalación, el programa nos da media hora de margen tras la cual se reiniciará automáticamente. Así que es conveniente estar atentos para salvar el progreso de lo que estemos haciendo.
Con respecto al espacio de disco duro que requiere el nuevo sistema operativo es muy similar al que empleaba Windows 10.
Rendimiento
Mi sensación es que todo va más fluido y que tanto el arranque como el apagado del equipo son algo más rápidos. En todo caso no me he parado a cronometrar el antes y el después, así que tampoco puedo garantizarlo. Pero ya sea para bien o para mal la diferencia con respecto al rendimiento de Windows 10 es poco notable.
Compatibilidad
Una de las cosas que me preocupaban al hacer el cambio era si mi hardware y los programas que tenía instalados seguirían funcionando. Pero puedo decir que tras bastantes pruebas no he tenido ningún problema al respecto.
Hardware
La mayoría de mi hardware es bastante moderno, pero por ejemplo uso una tarjeta de sonido medianamente antigua. En mi caso todo el equipo está funcionando a la perfección con los drivers de Windows 10 sin necesidad de hacer ninguna actualización.
Durante las próximas semanas las marcas más importantes irán sacando drivers específicamente creados para el nuevo sistema. Por ejemplo AMD ya ha anunciado que corregirá la bajada de rendimiento de los Ryzen la semana próxima. Pero incluso sin estas actualizaciones el equipo rinde a la perfección.
Software
Todos los programas que tenía instalados en Windows 10, incluyendo juegos, programas de diseño y demás, siguen funcionando sin problemas. El único software que ha demostrado no ser compatible es el que suelo utilizar para actualizar la BIOS de la placa base.
Los registros del software se mantienen, e incluso los navegadores de Internet conservan el historial y las cookies pese al cambio.
Cambios más notables de Windows 11
Lo más perceptible a primera vista es el nuevo interfaz. La barra de herramientas está ahora centrada y tiene un aspecto algo más moderno. Las ventanas e iconos que dependen del sistema operativo también han cambiado de estilo, pero poco más.
Además, las animaciones de las ventanas son más fluidas y dinámicas, y gastan menos tiempo y recursos en hacer florituras, siendo ahora más eficientes.
Con respecto a las funciones actualizadas, los widgets y nuevos componentes me han parecido bastante similares a los de la anterior versión de Windows.
¿Debes actualizar a Windows 11?
Antes o después cambiar de sistema no será opcional, ya que Microsoft dejará de dar soporte a Windows 10 en 2025. Aunque cuanto más esperes más pulido estará el nuevo sistema y más drivers específicos para él habrá.
Por otro lado, el software en principio funciona realmente bien, aunque el cambio siempre implica un riesgo. De todas formas durante los diez días siguientes a la instalación existe la opción de volver al estado anterior sin complicaciones.