Tras años de división, los jugadores de la Alianza y la Horda tienen ahora la posibilidad de unirse a hermandades de la facción opuesta para participar juntos en muchas de las actividades del juego.
Desde el lanzamiento de World of Warcraft en 2004, sus dos principales facciones han estado totalmente enfrentadas, y esto ha seguido siendo la norma hasta hace bastante poco.
Los miembros de la Alianza y de la Horda no solo no podían formar grupos y colaborar entre sí, sino que la comunicación entre ambas facciones se hacía casi imposible al traducir el juego automáticamente las frases del bando opuesto al «humano» o al «orco», lenguas ininteligibles para los rivales.
Ya en 2022, la actualización 9.2.5 de World of Warcraft: Shadowlands cambió esto de forma determinante. Con ella llegaron los grupos mixtos con miembros de ambas facciones para participar en la mayoría de los contenidos PVE del juego, tanto actuales como antiguos.
Ahora, con el parche 10.1 de Dragonflight, las hermandades conjuntas también son una realidad.
Características de las hermandades multifacción
El clan seguirá perteneciendo exclusivamente a uno de ambos bandos, determinado por el de su líder. Los logros, vendedores y otros aspectos concretos tendrán sus nombres y diseños ligados a esta misma facción.
Aunque los miembros de la facción contraria pueden contribuir a casi todo el avance y los logros de la hermandad, no podrán hacerlo en algunos vinculados directamente con el PVP.
El chat conjunto del clan y servicios como las reparaciones sufragadas por su banco serán accesibles para los miembros de ambas facciones.
Para poder invitar a un miembro de la facción opuesta, es necesario que el jugador objetivo sea amigo o pertenezca a una misma comunidad en Battle.net.
Los miembros de una hermandad de diferentes facciones serán aliados dentro del contenido PVE instanciado, pero seguirán siendo rivales en el mundo abierto.
¿Tiene sentido este cambio en la relación entre Horda y Alianza?
Con respecto al contexto argumental, lo cierto es que aunque Alianza y Horda siempre hayan sido enemigos, también han colaborado en múltiples ocasiones.
La mayoría de los desafíos a los que se enfrentan representan una amenaza global para el mundo que comparten, de forma que es más que coherente que ambas facciones luchen juntas para salvar Azeroth.
Desde un punto de vista práctico, tiene más sentido aún. Las poblaciones de la mayoría de servidores están tremendamente descompensadas, lo que hacía prácticamente imposible para los miembros de la facción minoritaria formar parte de hermandades con aspiraciones de avanzar adecuadamente. Al poder formar parte de clanes del bando opuesto, esto puede resolverse sin necesidad de migrar el personaje y agravar aún más el problema.
