Crusader Kings III mantiene el estilo de la segunda entrega de la serie mejorando algunos aspectos y añadiendo multitud de nuevas características.
Desde mi punto de vista Crusader Kings III se ha convertido en el mejor juego de estrategia de Paradox Interactive hasta el momento, seguido de cerca por Stellaris y Europa Universalis IV.
Características principales
Al igual que en sus dos predecesores, la característica más interesante de Crusader Kings III es que en lugar de controlar directamente un país o facción, manejamos a su líder. Nuestro personaje jugable será un señor feudal, poseedor de uno o más títulos, durante la Edad Media. Podremos elegir encarnar al gobernante de cualquier territorio o reino, desde el conde de una región perdida a un poderoso rey.
El juego también da la opción de empezar la partida eligiendo líderes históricos preestablecidos con objetivos fijos.
Cuando nuestro personaje muera, pasaremos a controlar a su heredero, y será así hasta 1453, año en el que tuvo lugar la Caída de Constantinopla y en el que se considera que termina la Edad Media. Una vez lleguemos a ese punto la partida finalizará.
Utilizando mods podremos migrar la partida de Crusader Kings III en ese año para poder continuarla durante el Renacimiento en Europa Universalis IV.
La finalidad del juego es ir haciendo más y más poderosa a nuestra dinastía aumentando sus posesiones y consiguiendo títulos de mayor relevancia para nuestros herederos.
Al jugar Crusader Kings III dependeremos mucho del azar. Las características y rasgos de cada personaje en el juego son en parte heredados de los de sus progenitores y en parte asignados aleatoriamente. A lo largo de la partida surgirán además eventos aleatorios que pueden modificar las cualidades de los personajes que forman parte del juego, incluido el nuestro.
Guerras
Con respecto a su parte bélica, Crusader Kings es algo más complejo que otros títulos de estrategia. Para poder declarar una guerra es totalmente necesario justificarla con un casus belli o motivación para ésta. Los motivos pueden ir desde reclamar derechos sobre las tierras de otro gobernante a las diferencias religiosas entre las facciones involucradas.
Las guerras se llevan a cabo teniendo en cuenta una puntuación de -100 a 100. Cuando uno de los contendientes llega a 100 puntos (lo que implica -100 para su oponente), el otro se rendirá automáticamente de forma incondicional, asumiendo todas las demandas del atacante. Cada vez que nuestros ejércitos cumplan objetivos bélicos (como tomar una plaza fuerte o ganar una batalla), modificaremos la puntuación a nuestro favor.
También se puede llegar a una paz blanca sin consecuencias en caso de que ambas partes lleguen a un acuerdo.
Las dos facciones tendrán la opción de llamar a sus aliados para que les apoyen en la lucha, y podrán incluso forjar nuevas alianzas a lo largo de la guerra.
En el caso de las guerras con motivación religiosa, es posible que otros líderes entren a apoyar al bando de su misma religión sin necesidad de existir alianza alguna.
Los ejércitos pueden estar formados por soldados profesionales, órdenes militares, levas o mercenarios. Todos ellos tienen un coste de mantenimiento que se irá restando del tesoro del gobernante. Si las guerras se alargan demasiado puede que entremos en números rojos, lo que no es para nada deseable.
Otra curiosidad de Crusader Kings III es que las guerras no tienen por qué ser pugnas entre naciones. Es posible que un conde o duque declare la guerra a otro señor por sus tierras, incluso formando parte del mismo reino.
Las batallas se resuelven automáticamente teniendo en cuenta la fuerza de los ejércitos. Mientras se están desarrollando, otros ejércitos cercanos de ambos bandos podrán incorporarse a ellas como refuerzo.
Como indica el nombre del juego, en él también podremos participar en Cruzadas. En el caso de los cristianos, cada cierto tiempo el Papa de Roma llamará a todos los líderes de su fe para tomar una región controlada por seguidores de otra religión. Si declinamos la participación y no ofrecemos una subvención económica para la guerra, perderemos la aprobación del líder religioso.
Alianzas
Como en todo buen juego de estrategia, en Crusader Kings III no llegaremos muy lejos sin aliarnos con otros líderes por el bien común. Generalmente las alianzas se obtienen mediante matrimonios, así que a la hora de casar a nuestros vástagos es importante valorar el tamaño del ejército de la familia de los posibles pretendientes.
En la mayoría de casos los aliados harán valer el tratado, y acudirán en nuestra ayuda en la guerra cuando les llamemos. De igual manera ellos también podrán solicitar que nuestros ejércitos tomen parte en sus litigios.
Las alianzas duran generalmente hasta que uno de los dos líderes firmantes muere.
Consejo
Para ayudar a gobernar nuestros dominios contaremos con un consejo formado por miembros de la corte y vasallos. Elegir quién es el personaje adecuado para cada puesto será también tarea nuestra.
Cada cargo precisa de una de las cinco habilidades base de los personajes del juego (diplomacia, marcialidad, administración, intriga y aprendizaje). Así que lo adecuado es nombrar a alguien con una puntuación alta en la habilidad necesaria.
También hay que tener en cuenta que a los vasallos poderosos les gusta formar parte del consejo y se enfadarán si no les tenemos en cuenta.
Política interior
A diferencia de otros juegos del género, en Crusader Kings III es necesario prestar mucha atención a la política interior. Al igual que nuestro personaje, cada señor feudal querrá aumentar su poder y sus tierras. Una de nuestras tareas será por tanto la de repartir los títulos que vayamos consiguiendo entre nuestros súbditos de manera que ninguno gane suficiente poder como para ser una amenaza.
Mantener todos los títulos en nuestro poder tampoco será una opción, ya que hay un límite de dominios que podemos acumular sin sufrir penalizaciones.
De todas formas, cada señor feudal de la partida seguirá intentando incrementar su poder. Se declararán guerras entre ellos y causaran intrigas contra sus rivales (o contra nuestro personaje) y no podremos hacer nada al respecto a no ser que cometan actos ilegales. En ese caso podremos intentar encarcelarlos, aunque puede que esto salga mal y se levanten en armas contra nosotros.
A lo largo de la partida también nos encontraremos con revueltas campesinas, guerras de independencia y demás desafíos bélicos inesperados.
Recursos
En Crusader Kings III son cuatro los recursos que tenemos que tener en cuenta:
- Oro · Se consigue principalmente a través de los impuestos en las tierras de las que seamos titulares y del tributo de los vasallos. Es necesario para añadir mejoras a los castillos, el mantenimiento de las tropas, y pagar el rescate por miembros de nuestra casa tomados como rehenes por líderes rivales. Pedir rescates por prisioneros de guerra también puede ser una importante fuente de ingresos para nuestro gobernante.
- Prestigio · Se incrementará con el transcurso del tiempo teniendo en cuenta los títulos y otras circunstancias de nuestro gobernante. Su valor también se verá afectado por los resultados bélicos y por algunos eventos del juego. Lo gastaremos en interacciones con otros personajes y en declarar guerras no religiosas. Acumulando prestigio también podremos subir la fama de nuestro gobernante, que tiene seis valores posibles: desde «desgraciado» a «leyenda viva».
- Piedad · Es el valor religioso del personaje. Podemos incrementarlo mediante decisiones que tomemos y con ayuda del patriarca religioso de la corte. Emplearemos este recurso en declarar guerras religiosas y en tomar decisiones morales relacionadas con la religión.
- Renombre · Se consigue según los títulos que tengan todos los miembros de nuestra dinastía. Podemos emplearlo en conseguir ventajas permanentes para todos los componentes de nuestra familia.
Intrigas y eventos
En los juegos de Crusader Kings también es esencial el subterfugio. Todos los personajes están siempre tramando cosas, y el jefe de espías nos irá informando de infidelidades, planes de asesinato y demás tejemanejes según los vaya descubriendo.
También pueden darse multitud de eventos aleatorios en los que tendremos que tomar decisiones que afectarán a nuestro personaje o sus súbditos.
Algunos sucesos, como la muerte de un familiar o tener que tomar decisiones contrarias a su personalidad, causarán estrés a nuestro personaje. Un nivel de estrés alto puede tener consecuencias nefastas para él e incluso causarle la muerte.
Logros
Como es habitual en los juegos de estrategia de Paradox, conseguir logros sólo es posible jugando en modo «Ironman«.
En esta modalidad el juego se va guardando continuamente, y no existe forma de volver atrás si tomamos una mala decisión o simplemente tenemos mala suerte. Las cosas pueden torcerse en un instante, y una rebelión o una declaración de guerra en mal momento pueden dejar en nada lo que llevamos años del juego construyendo.
Duración
Completar la campaña completa hasta el año del fin del juego puede llevar fácilmente unas 70 horas. De todas formas, como ocurre en la mayoría de los juegos de estrategia, podremos rejugarlo infinidad de veces.
Multijugador
Crusader Kings III también admite un modo multijugador en el que cada participante asume el rol de un gobernante diferente durante la partida. Lógicamente, en caso de que los jugadores elijan países distantes, podrán interactuar bastante poco entre ellos.
Conclusión
Aunque en un principio puede ser un poco complicado hacerse con todas sus mecánicas, es un juego realmente entretenido con el que corremos el riesgo de perder la noción del tiempo.
Análisis de Crusader Kings III | ||||
Nuestra valoración: 8.5 | ||||
Gráficos y sonido | 8 | |||
Jugabilidad | 8.5 | |||
Adictividad | 9 | |||
Contenidos | 8.5 | |||