Pharaoh lleva con acierto la estrategia de la serie Total War al escenario del Antiguo Egipto.
Mantener fresca con el paso del tiempo una franquicia tan amplia como Total War es una tarea complicada. El cambio de escenario no es siempre suficiente para que no dé la sensación de estar jugando al mismo juego una y otra vez, de forma que cada nueva entrega suele recibir además modificaciones y añadidos importantes de cara a su jugabilidad.
En el caso de Pharaoh estos cambios me han parecido mayoritariamente acertados, aunque las nuevas funcionalidades hacen también que nos encontremos ante un título de estrategia bastante complejo. Dominar sus mecánicas por tanto puede llevar cierto tiempo al usuario medio.
El nuevo juego nos convierte en uno de los candidatos para alcanzar el trono de Egipto. Para lograr esta meta bastará con conquistar tierras militarmente, sino que también tendremos que participar en las intrigas de la corte, así como mantener alta nuestra legitimidad como aspirantes.
Manteniendo el legado de Total War
Por supuesto, Pharaoh es ante todo un Total War. Cuenta por lo tanto con todos los principales elementos que han permitido a esta serie seguir siendo una de las principales en lo que respecta a títulos de estrategia durante más de dos décadas.
De esta manera la base del juego consta de un enorme mapa principal en el que competiremos con diferentes rivales por un objetivo. Para ello podremos reclutar ejércitos, construir mejoras en los asentamientos que dominemos, o adquirir avances tecnológicos que incrementen nuestro poder a lo largo de la partida.
Las batallas se llevan a cabo una vez más en mapas tridimensionales más pequeños en los que podremos tomar control sobre cada una de nuestras unidades militares.
Características propias de Total War: Pharaoh
Para diseñar las particularidades de este nuevo juego, sus creadores han tenido en cuenta las características más relevantes del Antiguo Egipto, tales como la religión o la edificación de grandes monumentos.
Al respecto cabe destacar que algunas de las regiones son especialmente importantes por su valor religioso, o por permitir la construcción en ellas de estos monumentos. Conseguir controlarlas por tanto puede ser decisivo de cara a hacernos con la victoria final.
Otra de las novedades más destacadas de Pharaoh es la inclusión de los puestos avanzados. Estos son asentamientos menores que hay en cada provincia y que, según lo que edifiquemos en ellos, nos darán ciertas ventajas.
Personajes principales y facciones
La elección más importante que deberemos tomar antes de empezar a jugar es cuál de los personajes disponibles será nuestro avatar en la partida. Cada uno de ellos tiene sus propias peculiaridades, ventajas y desventajas.
El poder inicial con el que cuenta cada facción no es el mismo, de forma que optar por uno u otro puede hacer que nuestra experiencia en el juego sea notablemente más desafiante. Cada facción tiene también unas provincias y puntos de inicio determinados, aunque esto puede modificarse al configurar la campaña antes de comenzarla.
De igual forma, la legitimidad al trono con la que comienza cada líder tampoco es la misma.
Mapa de campaña y recursos
Como viene siendo habitual en la serie, el escenario de juego es notablemente amplio. Las provincias que forman el mapa de Pharaoh abarcan no solo el terreno del actual Egipto, sino que se extiende hacia el norte cubriendo gran parte de la actual Turquía.
Como ya ocurría en Troy, cada región es rica en algún recurso específico y esto es algo que deberemos considerar a la hora de valorar hacia donde expandirnos.
En este caso es también importante mantener el control de «tierras sagradas», ya que esto nos otorgará legitimidad de cara a aspirar a hacernos con el trono.
Otro factor de relevancia es que gran parte del escenario está compuesto por desiertos. Los ejércitos que los atraviesen sufrirán un desgaste substancial, perdiendo tropas durante cada turno hasta que lleguen a algún lugar con condiciones menos adversas.
Esta circunstancia condiciona gravemente los movimientos de tropas durante la partida, haciendo que algunos lugares sean prácticamente inalcanzables sin asentamientos amigos en el camino en los que reponerse.
Batallas
El formato de las batallas es muy similar al de los últimos títulos de Total War. Comenzaremos por tanto desplegando nuestras tropas dentro de la zona que nos haya sido asignada, siempre teniendo en cuenta las ventajas que nos pueda dar el terreno.
Una vez comencemos la batalla, los ejércitos se pondrán en marcha para buscar el enfrentamiento. En ese momento deberemos ser muy precavidos con la posición de cada unidad y los movimientos del enemigo, ya que factores como tener los flancos cubiertos o la cercanía del general afectarán de forma importante a la moral de los soldados y, por tanto, al desarrollo de la batalla.
Si permitimos que la moral de una unidad militar baje demasiado, es muy probable que se retire de la lucha, lo que puede descolocar nuestras líneas y poner en desventaja a todo nuestro ejército.
Otras circunstancias que afectarán también al resultado es el estado físico de las tropas, que se irán cansando mientras luchan, así como el desgaste sufrido por las armaduras o la cantidad de munición de las unidades a distancia.
Cuando el dominio de una de las facciones sea absoluto, la otra comenzará a retirarse de manera desordenada, y la batalla estará entonces decidida.
Generales y unidades
Cada ejército en el juego estará bajo el mando de un general, que puede ser el propio líder de la facción o uno que reclutemos durante la campaña.
Todos los generales tienen unas características propias que pueden afectar a su capacidad de movimiento en el mapa de campaña, a la moral de las tropas, u otorgarle ciertas habilidades especiales.
En el campo de batalla el general estará acompañado de un grupo de escoltas que compartirán su estilo de lucha, y las tropas que estén cerca de ellos recibirán una bonificación a la moral.
En caso de que el general de un ejército sea herido durante el combate o huya tras ser superado por los rivales, la moral de sus tropas caerá y la batalla quedará prácticamente decidida en contra de su facción.
Por otro lado, al finalizar cada batalla el general ganará experiencia con la que irá adquiriendo bonificaciones y títulos que le darán aún más mejoras.
Tras cada lucha también es posible encontrar equipamiento, armas y acompañantes de diferentes calidades con los que podremos equipar a cada general para lograr aún más ventajas.
Diplomacia
La diplomacia es también una faceta fundamental del juego, ya que contar con aliados puede marcar la diferencia en cualquier momento. Cada uno de los líderes de la campaña tendrá una opinión sobre el nuestro, y esto afectará a cualquier trato o alianza.
Entre otros acuerdos podemos llegar con el resto de facciones a pactos de no agresión, alianzas, acceso militar, o negociar el intercambio de recursos.
Esto último será muy importante en la campaña, ya que habitualmente las regiones que controlemos nos ofrecerán una cantidad descompensada de materias primas, de forma que será importante intercambiar las que nos sobren por las que sean más escasas en nuestras reservas.
Antes de iniciar una guerra es también importante ver con qué aliados cuenta nuestro rival, ya que es muy probable que estos también se unan a la lucha de su parte.
La Corte
Una peculiaridad de Total War: Pharaoh es la corte real. En ella están representados tanto el propio faraón o rey como el resto de la élite gobernante durante la partida.
Nuestro personaje también puede aspirar a formar parte de la corte en caso de producirse alguna vacante, aunque pare ello necesitaremos legitimidad y oro.
Dentro de la corte son continuas las conspiraciones por parte de sus miembros o los aspirantes a serlo con el fin de aumentar su poder.
Cuando el propio faraón o rey muera es muy probable que comience una guerra civil por el poder en la que también podremos tomar parte.
Religión
Otra faceta destacada del juego es la religión. El panteón de Pharaoh está compuesto por varias deidades tanto egipcias como de las otras culturas presentes en el título.
Cada una de ellas premiará a sus seguidores con ciertas ventajas, y sus templos también otorgarán ciertos beneficios a las tropas que los visiten y a la propia región en la que se encuentren.
Condiciones de victoria
La victoria en el juego viene dada por la obtención de puntos de victoria que generalmente conseguiremos conquistando zonas, especialmente si en ellas se encuentran centros de culto.
Dependiendo de la puntuación que obtengamos el triunfo puede ser mayor o menor.
Gráficos y sonido
Una vez más, aunque el aspecto gráfico es en general bueno (excelente en el caso de las cinemáticas), el diseño de los personajes queda un poco atrás. Además, los modelos de personaje son muy poco variados, y es posible que nos encontremos con que uno de nuestros generales es el gemelo del líder de otra facción, como puedes comprobar en las imágenes más arriba.
El apartado de sonido, así como la banda sonora son adecuados y logran ambientar de manera más que correcta la partida.
Conclusión
Una vez más Creative Assembly ha sido capaz de ofrecer un título que cumple simultáneamente los requisitos de mantenerse fiel a la saga a la que pertenece e incorporar además las suficientes novedades para no parecer el mismo juego que los anteriores.
Total War: Pharaoh mejora las mecánicas básicas de la saga Total War, mientras que las nuevas características que ofrece para adaptarse a la ambientación de esta entrega son muy acertadas.
Se trata por tanto de un título recomendable tanto para los seguidores habituales de la serie Total War como para todo jugador que sepa disfrutar de un buen juego de estrategia.
Lo mejor: Lo bien adaptada que está la ambientación del Antiguo Egipto a las mecánicas de juego.
Lo peor: El control de las diferentes unidades durante las batallas puede hacerse algo caótico.
Análisis de Total War: Pharaoh | ||||
Nuestra valoración: 8 | ||||
Gráficos y sonido | 7.5 | |||
Jugabilidad | 8.5 | |||
Adictividad | 8 | |||
Contenidos | 8.5 | |||