En este artículo encontrarás los componentes básicos que necesita un PC para gaming, junto con algunas recomendaciones para ayudar a elegir cada uno correctamente.
La lista de componentes que precisa un ordenador para videojuegos es bastante limitada, estando formada siempre por las mismas piezas básicas y algunas opcionales.
Las alternativas a la hora de configurar un nuevo PC se limitan de esta manera a la calidad y marca de cada componente, existiendo en este caso multitud de alternativas.
Al diseñar un equipo nuevo, o sustituir una de sus partes, es también esencial tener en cuenta las capacidades del resto, para no causar los llamados cuellos de botella. De esta manera, es preferible por ejemplo optar por un PC equilibrado antes que uno desfasado con una GPU de última generación, que acabaría teniendo un rendimiento muy limitado.
Componentes esenciales de un PC para Gaming
Procesador o CPU
Pese a su pequeño tamaño, el procesador es el cerebro del equipo. Su función es procesar toda la información que pasa por el PC, así como ejecutar las instrucciones de los programas, coordinarlas y realizar los cálculos necesarios para que todo funcione correctamente.
Se trata por tanto del principal componente de todo ordenador y uno de los más relevantes para su rendimiento.
Actualmente existen dos grandes fabricantes de procesadores: Intel y AMD, que compiten en ofrecer las mejores CPU para gaming y otros usos.
Placa base
Como su nombre indica, la placa base es el nexo de unión entre todos los componentes del PC.
A la hora de elegir un modelo de esta pieza, es esencial que sea compatible con el socket del procesador, ya que cada modelo de placa base solo es compatible con ciertas familias de procesador de cada fabricante.
También es importante valorar su capacidad para ensamblar las piezas necesarias del resto de la configuración, y considerar si cuenta con componentes integrados como tarjeta de red o wifi, conexión Bluetooth o tarjeta de sonido.
Tarjeta gráfica o GPU
La GPU es la encargada de traducir los datos del juego al resultado visual que se muestra en la pantalla. De la calidad de este componente dependen aspectos como el nivel de detalle de los entornos y personajes, la iluminación, la resolución, o la tasa de fotogramas que puede mostrarse.
Para un PC de gaming, la tarjeta gráfica es por tanto uno de los componentes clave, aunque esto no significa que se puedan descuidar los demás. Dado que la complejidad de los gráficos de los videojuegos avanza muy rápidamente, la GPU suele ser el componente que más rápido tiende a quedar obsoleto.
Actualmente existen tres grandes compañías dedicadas al diseño de GPUs: Nvidia, AMD e Intel.
Nvidia se caracteriza por ser la empresa más innovadora del sector. Es la que ofrece soluciones más completas, pero también a un mayor precio.
AMD es también una compañía veterana en el diseño de tarjetas gráficas. Sus Radeon son por lo general algo inferiores a las GeForce de Nvidia, pero son más competitivas en precio.
Intel, por su parte, lleva mucho menos tiempo en el negocio de los procesadores gráficos de alto rendimiento, y sus tarjetas ARC aún no pueden competir con las de sus rivales.
Las tarjetas gráficas de Nvidia y AMD son por lo general manufacturadas por terceras compañías, que ofrecen calidades y características variadas.
A la hora de elegir una tarjeta gráfica, es importante tener en cuenta la resolución del monitor que vayamos a usar. Dado que uno de los factores que más afectan a los requisitos gráficos de los videojuegos es la resolución de renderizado, optar por una GPU de gama alta para usarla en un monitor de 1080p puede ser innecesario.
Sí es interesante decantarse por una tarjeta gráfica moderna, ya que estas ofrecen características como el escalado de imagen por IA, (como el DLSS de Nvidia), o el trazado de rayos, las cuales no están disponibles en las series más antiguas.
Hoy en día, otro de los factores más importantes a la hora de elegir una GPU es su cantidad de VRAM (memoria de vídeo). Para disfrutar de los juegos modernos de forma óptima, es recomendable disponer al menos de 12 GB de VRAM, aunque esta cantidad seguirá posiblemente aumentando año tras año.
Para un ordenador dedicado al gaming, optar por una tarjeta gráfica integrada en la placa base no es una buena opción, ya que difícilmente podrá ofrecer el rendimiento necesario para funcionar en juegos actuales.
Memoria RAM
La memoria RAM se ocupa de almacenar temporalmente datos a los que los programas puedan acceder rápidamente.
Pese a que su velocidad es importante, la cantidad de RAM es mucho más determinante en el funcionamiento de los equipos.
Para ordenadores de gaming, actualmente es recomendable tener instalados al menos 16 GB de RAM, ya que esta cantidad se ha convertido en un estándar de los requisitos para videojuegos.
No hay que pasar por alto que el tipo y frecuencia de la RAM deben ser compatibles con la placa base y la CPU elegidas.
Discos duros
Los discos duros tienen la función de almacenar los programas y archivos del ordenador, incluyendo el propio sistema operativo.
Una buena opción es usar varios discos duros, repartiendo sus funciones. Por ejemplo emplear uno únicamente para el sistema operativo y otro diferente para programas y juegos, añadiendo más si es preciso para otras necesidades.
En el caso de los discos duros para videojuegos hay que valorar por igual su capacidad y su velocidad. Por un lado es esencial disponer del espacio suficiente para instalar los juegos, que actualmente pueden superar los 100 GB, pero también es importante que la tasa de transferencia de datos sea alta para evitar largos procesos de carga.
Cada vez son más los juegos que requieren de un disco duro SSD, mucho más rápido que los clásicos discos mecánicos, aunque la opción más eficiente son los discos M.2, que pueden alcanzar velocidades de transferencia mucho mayores.
Fuente de alimentación
La fuente de alimentación es la responsable de gestionar toda la energía del ordenador, y es indispensable que sea capaz de cubrir las necesidades en vatios del resto del equipo.
También es importante valorar su eficiencia energética por el ahorro que puede suponer a largo plazo.
Para minimizar la cantidad de cables sobrantes dentro de la caja, es también muy recomendable optar por una fuente modular, que permite desenchufar completamente los cables que no vayan a ser usados, y que de esta manera no ocupen espacio en la caja.
Disipador de CPU
El procesador del equipo siempre necesita de un disipador con el que gestionar la enorme cantidad de calor que se puede producir cuando está en uso.
Algunos modelos de CPU incluyen refrigeradores de serie, que deberían de cumplir adecuadamente esta función, pero los procesadores más potentes pueden necesitar disipadores más avanzados, tanto de aire como por refrigeración líquida, siendo estos últimos los más eficientes ahora mismo.
Caja o torre
La caja es el componente en el que van almacenados todos los demás.
Al elegirla, además de su estética, es esencial valorar su capacidad para disipar el calor que se produce dentro del equipo, así como que sea lo bastante amplia para que los componentes quepan de manera holgada.
Componentes opcionales
Además de los componentes anteriores, existen también partes opcionales que pueden añadirse a un PC de gaming, generalmente para cubrir carencias de la placa base u optar por configuraciones más avanzadas.
Entre estos están las tarjetas de sonido dedicadas, las tarjetas de red, las unidades ópticas para lectura de Blu-ray, DVD y CD, o los discos duros externos.