Diablo IV vuelve a apostar con acierto por la fórmula que tan bien ha funcionado en los anteriores juegos de la serie.
Desde el momento en el que tuve la oportunidad de probar el primer Diablo hace más de dos décadas, su propuesta me entusiasmó. Por un lado ofrece esa ambientación tan funesta y oscura que caracteriza la serie, y por otro tiene un sistema de combate muy satisfactorio, en el que oleadas de enemigos caen destrozados sin apenas dejarnos pestañear conforme nuestro personaje se vuelve más y más poderoso.
Esta misma receta es la que se ha repetido en las dos primeras secuelas y ahora en esta cuarta entrega, que busca satisfacer una vez más a los fans de la serie sin hacer demasiados experimentos.
Historia
Pese a nuestras victorias en los anteriores títulos, el Mundo de Santuario continúa siendo escenario de un ancestral conflicto entre ángeles y demonios, de forma que de una forma u otra el mal siempre acaba por regresar a esta desafortunada tierra.
En este caso el antagonista principal es Lilith, un personaje notablemente diferente a los rivales de los anteriores juegos. La demonia, aunque de naturaleza malvada, deja entrever más sentimientos humanos que otros de su especie, dotando a esta cuarta entrega de una trama con matices que no habíamos visto en la saga hasta ahora.
Nuestra misión es la de perseguir a Lilith por diferentes territorios de Santuario mientras ayudamos a sus moradores. Cada una de estas zonas tiene sus propios problemas que debemos resolver, y en todas ellas encontraremos historias menores, a cada cual más siniestra, que enriquecen aún más la trama y la ambientación del juego.
Jugabilidad
El estilo de juego de Diablo IV no difiere demasiado del que ya ofrecieron sus antecesores: mientras avanzamos en la historia principal viajaremos de un lugar a otro ayudando a lugareños y eliminando a los muchos enemigos que se interpondrán en nuestro camino. De esta forma conseguimos experiencia y equipación con las que nuestro avatar en el juego se irá haciendo cada vez más poderoso.
En esta ocasión la exploración está más incentivada que en los anteriores juegos, ya que cumpliendo tareas en cada zona, tales como realizar misiones secundarias o finalizar mazmorras, iremos desbloqueando recompensas permanentes para todos nuestros personajes.
La progresión de los personajes en general es algo más compleja que en los anteriores títulos. Por un lado tenemos un intrincado árbol de talentos en el que iremos desbloqueando y mejorando habilidades con los puntos que obtendremos hasta que alcancemos el nivel 50.
Pasado este nivel la progresión es diferente: entre los niveles 50 y 100 dejaremos de conseguir puntos de habilidad y en cambio cada cuarto de nivel obtendremos un punto de leyenda. Estos nuevos puntos son válidos para un segundo árbol que en lugar de ofrecer nuevas habilidades mejora las estadísticas, la defensa y el daño del personaje.
En todo momento durante la partida podremos cambiar los puntos asignados de ambos árboles de talentos para experimentar con diferentes configuraciones de personaje y cambiar el estilo de juego.
Equipación
Como es habitual en esta serie de juegos, uno de nuestros objetivos durante la aventura es el de ir equipando a nuestro personaje con objetos cada vez más poderosos. La principal fuente de armas y armadura son los enemigos que iremos matando, aunque también las obtendremos de cofres, o como recompensa de algunas misiones.
En el juego existen piezas de equipo de varias calidades: comunes, mágicas, raras y legendarias. En principio cualquier enemigo o cofre de recompensa puede ofrecer equipación legendaria, pero las posibilidades de obtener piezas de mayor calidad aumentarán al derrotar a jefes y enemigos de élite.
Cada objeto puede además ser mejorado de diferentes maneras. Para ello usaremos generalmente materiales que obtendremos al desguazar las piezas de equipo que no necesitemos.
Pese a que este sistema de progresión funciona generalmente bien, a veces puede ser un poco frustrante, ya que es común que recibamos equipo bastante por debajo de nuestro nivel que solo nos valdrá para desguazar o vender.
Escenario
El mundo de Diablo IV es enorme, y consta de grandes zonas divididas a su vez en subzonas menores y algunas ciudades. También hay en él multitud de mazmorras de menor o mayor tamaño que podremos explorar.
Durante las primeras horas de juego exploraremos estos territorios a pie, pero también contaremos con la capacidad de viajar instantáneamente a través de los portales que descubramos, así como regresar al punto de partida cuando sea necesario. Esta característica resulta especialmente conveniente para gestionar el inventario de nuestro personaje y liberarlo de objetos innecesarios.
Tras avanzar algunos capítulos de la historia desbloquearemos un caballo que nos permitirá desplazarnos más rápido por el mapa. Una vez la hayamos obtenido, podremos utilizar esta habilidad en todos nuestros personajes, sin importar su nivel o el punto de la historia en el que se encuentren.
Actividades secundarias
Además de perseguir a Lilith por todo el mundo de Santuario, durante la partida tendremos la opción de realizar un sinfín de actividades opcionales. El juego ofrece por ejemplo una cantidad muy importante de misiones secundarias, cada una de ellas con su propia mini historia de terror.
El escenario de juego cuenta también con una amplia variedad de mazmorras de tamaño mediano, distribuidas por todo el mundo. Estas mazmorras pueden ser completadas tanto en solitario como en compañía de otros jugadores, brindándonos recompensas adicionales la primera vez que las superemos.
Algunas de las zonas menores son fuertes enemigos que tendremos la opción de liberar. Al hacerlo pasarán a ser zonas no hostiles en las que podremos encontrar vendedores, transportadores y algunas misiones secundarias. Liberar los fuertes nos dará además bastante reputación con la que desbloquear beneficios especiales en cada provincia.
En el mapa aparecerán también eventos dinámicos que generalmente nos piden matar enemigos a cambio de un cofre de recompensas. Este tipo de actividades de mundo abierto están disponibles para todos los jugadores, de forma que cualquiera que pase por allí puede incorporarse a la lucha y conseguir también su premio.
Otra de las actividades que podemos realizar mientras recorremos Santuario es explorar pequeñas mazmorras subterráneas que aparecerán aleatoriamente en el mapa. Suelen constar de solo un par de habitaciones, y una vez las hayamos purgado de enemigos recibiremos un cofre con oro y equipo.
Por último también podremos dedicarnos a buscar los muchos altares de Lilith que hay repartidos por Santuario y desbloquear todos los portales de teletransporte disponibles.
Gráficos y sonido
Como viene siendo habitual en esta serie el apartado gráfico es excelente. El único pero es que el nivel de detalle de algunos personajes secundarios queda un poco flojo al verlos en planos más cortos durante las cinemáticas.
La banda sonora y el sonido destacan también por su calidad, y logran dotar al juego de una ambientación excelente.
El doblaje a español es por lo general muy bueno, aunque en ciertas partes da la sensación de que las narraciones están algo aceleradas.
Multijugador
Si bien es posible disfrutar de Diablo IV en solitario, el juego ofrece multitud de opciones multijugador. Su mundo abierto por ejemplo se asemeja notablemente al de un MMO, y en él encontraremos a menudo otros jugadores con los que podemos interactuar así como eventos dinámicos en los que participar.
Además, Diablo IV recupera características de Diablo III, como la posibilidad de avanzar en la partida en grupos de hasta cuatro jugadores o de unirnos a clanes.
Dificultad
Diablo IV ofrece hasta cuatro niveles de dificultad, aunque inicialmente sólo estarán disponibles para nosotros los dos primeros. Una vez hayamos completado la campaña tendremos la opción de acceder al tercer nivel (Pesadilla), y más adelante al cuarto (Tormento).
Cada uno de estos niveles, además de hacer que encontremos enemigos más desafiantes, nos proporcionará recompensas de mayor calidad.
Por otro lado, a la hora de crear un nuevo personaje podremos hacerle «incondicional». Esto significa que en caso de que muera será de forma permanente.
Rendimiento en PC
Por lo general el rendimiento en PC es bueno, aunque en ocasiones la memoria RAM de vídeo no se libera de forma correcta, lo que puede llevar a parones en la tasa de fotogramas o a que el juego directamente se cierre.
De todas formas esto no es habitual, y usando un equipo acorde con los requisitos del juego y los últimos drivers disponibles no debería haber grandes problemas.
También he encontrado misiones secundarias que no funcionan correctamente y resultan imposibles de completar, aunque supongo que esto se resolverá pronto mediante parches de actualización.
Duración
La aventura principal puede completarse en algo más de 20 horas, aunque dada la gran cantidad de actividades secundarias que podemos realizar, cada partida puede alargarse hasta aproximadamente las 60.
Conclusión
Diablo IV es todo lo que cabía esperar de él. Ni más ni menos. Lo cual, dadas las altas expectativas es una buena noticia.
Hereda casi todas las funcionalidades de los anteriores juegos de la serie, especialmente de Diablo III, y ofrece una vez más una muy buena historia, una jugabilidad excelente y una ingente cantidad de actividades con las que podremos echar horas y horas de diversión.
Sin duda lo recomiendo.
Análisis de Diablo IV (PC) | ||||
Nuestra valoración: 9 | ||||
Gráficos y sonido | 8.7 | |||
Jugabilidad | 8.7 | |||
Historia | 9 | |||
Contenidos | 9.5 | |||